martes, 30 de diciembre de 2008

PRESENTACION ANTE LA JUSTICIA PORTEÑA

En el día de hoy se ha presentado en los fueros de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires un nuevo recurso de amparo para poner fin la instalación de talleres clandestinos queriendo recuperar la identidad del barrio, terminar con LA SUCIEDAD EN LAS CALLES, LOS RUIDOS MOLESTOS EN ESPECIAL EN HORARIO NOCTURNO, SALVALVARGUARDAR LA INTEGRIDAD DE LAS PERSONAS QUE SE ENCUENTRAS SOMETIDAS A TRABAJO ESCLAVO, PONER FIN AL RESGO DE INCENDIO POR LAS MALAS O CLANDESTINAS INSTALACIONES ELECTRICAS entre otros punto.

Se Fundamenta esta solicitud en el deterioro en la calidad SOCIO – AMBIENTAL de nuestro barrio Ante la existencia de un estado de incertidumbre que atenta contra nuestra seguridad, higiene ambiental, la tranquilidad y la salud de nuestros vecinos, en especial en el polígono delimitado por las calles EMILIO LAMARCA, ARANGUREN, MERCEDES Y VENANCIO FLORES.

Que estos hechos vienen dando en forma continua produciendo un cambio para mal a las características residenciales de nuestro barrio convirtiéndolo en una zona desértica, plagada de talleres, esto está provocando la destrucción del patrimonio arquitectónico, caos vehicular, violaciones a las normas vigentes, etc.
Resumiendo Floresta viene sufriendo:

Contaminación Ambiental y visual
Gran implantación de talleres de dudosa habilitación
Incumplimiento de las normas vigentes como las nacionales, municipales, laborales y de prevención, violaciones a las clausuras efectuadas por las autoridades.


Del texto de la presentación se puede destacar los siguientes párrafos

…nada ha cambiado, podemos decir que día a día se empeora…

Hay que ser vecino para ver, escuchar, sufrir y soportar tanto abuso ilícito.

Junto al texto del amparo se ha presentado infinidad de documentación probatoria que van desde denuncias presentadas ante los distintos organismos de control de la Ciudad como notas de distintos medios barriales, elemento gráficos etc.

viernes, 26 de diciembre de 2008

ASESINATO EN FLORESTA

En este barrio los árboles no mueren de pié

El lunes 22 de diciembre en la esquina de Bahía Blanca y Bacacay se llevó a manos de empleados del Gobierno de la Ciudad el ASESINATO de otro árbol casi centenario de nuestro barrio.

Con este acto se ha violado la ley 1556 en los siguientes puntos.

De acuerdo al artículo 9, la situación del árbol no se encuadra en el problemas sanitarios mi fisiológico, el mismo gozaba de perfecta salud, no impedía ni obstaculizaba el paso de las persona solo lo impedía el estado deplorable de las veredas, (si así se la podía llamar), no impedía no obstaculizaba la realización de la vereda, un trabajo por personas especialistas en el tema hubiese realizado un trabajo acorde a sus conocimientos y el árbol pudiera haber seguido VIVO, no se conoce evaluación previa realizada por especialistas de sanidad vegetal y su dictamen, no se ha colocado ningún cartel junto al ejemplar con diez días de anticipación avisando de su tala.

De acuerdo al artículo 14 se observó la poca capacidad de la autoridad de aplicación de tomar las medidas necesarias para la conservación conforme a las normas técnicas para su adecuado manejo y conservación.

Floresta viene sufriendo distinto tipos de depredación, perdida constante de patrimonio arquitectónico a manos de la especulación inmobiliaria y las fabricas clandestina que deterioran nuestra calidad de vida, los riesgos de enfermedad de tipo social que se han y vienen detectando, hoy se suma este matar de las distintas especies arbóreas algunas frenadas por los vecinos pero otras como este caso donde poco se pudo hacer, la motosierra llegó antes.

Casualidad o coincidencia, con el conocimiento del dictamen realizado por profesionales del urbanismo donde no solo recomienda preservar a Floresta desde el punto de vista arquitectónico sino también desde el punto de vista ambiental dado a su gran cantidad de masa arbórea ( y que el nombre foresta deviene de gran cantidad de árboles), en un acto de eficiencia entendida al revés, la ciudad, su Gobierno central como comunal comenzó a podar (no siendo la época adecuada) y en los peor de los casos a talar de raíz los distintos ejemplares que se encuentran en nuestras calles, todos ellos casi centenarios.

Todos sabemos lo que representa un árbol no solo a la belleza urbana, ellos regulan la temperatura ambiente, absorben un gran parte del nivel sonoro, retiene el polvo atmosférico, purifica el aire captando el monóxido de carbono y liberando oxigeno.
En la Ciudad de Buenos Aires el arbolado público es considerado patrimonio natural y cultural y es objeto de acciones tendientes a su protección, resguardo y preservación, pero en Floresta se empieza a ver acciones que son contrarias y llevadas a cabo por el mismo que tiene que preservarlo, hoy existe un censo de arbolado que con solo ver algunas direcciones vemos que el mismo es de lo más errado, según el Gobierno en mi vereda tengo tres árboles pero solo tengo uno.
La improvisación es grande el deterioro también, esperemos un 2009 sin demoliciones, con respeto al medio ambiente, sin talleres clandestinos, con mayor respeto a las normas vigente, con justicia social, u mucho más.


Arq. Gabriel De Bella



domingo, 14 de diciembre de 2008

Nuestra problemática en Pagina 12


Sábado, 13 de Diciembre de 2008

OPINION
Patrimonio, progreso y progresismo


Por Facundo de Alemida*


Cuando se alzan voces y se promueven acciones en favor de la preservación del patrimonio arquitectónico de la Ciudad, no faltan quienes en tono paternalista y condescendiente dicen que no hay que proteger los edificios valiosos, porque eso es oponerse al progreso. Para el diccionario de la Real Academia Española, progreso significa “avance, adelanto, perfeccionamiento”. Ninguna de estas acepciones parece definir el efecto que produce la demolición indiscriminada de inmuebles de valor patrimonial, la alteración de fachadas y la destrucción de empedrados y trazas históricas que dan cuenta de los orígenes, evolución y formas de vida de nuestra ciudad. Y aún menos, su reemplazo por obras realizadas con materiales de menor calidad y peor diseño.

Se trata de mucho más que de preservar el pasado, se trata de conservar edificios que por sus atributos y cualidades garantizan una mejor calidad de vida. Y que cuando forman conjuntos como pueden ser los barrios de San Telmo, Caballito o Floresta –hoy en conflicto por el avance de obras indiscriminadas e innecesarias– hacen a un estilo de vida particular, cuya homogeneización y deterioro no es un progreso sino todo lo contrario.

¿Alguien en su sano juicio y de buena fe puede interpretar que la pérdida de edificios construidos con materiales nobles, técnicas artesanales prácticamente irreproducibles y diseños artísticos destacados significa un avance, perfeccionamiento o mejora para nuestra ciudad? No lo es desde el punto de vista cultural y simbólico, y tampoco desde el económico. La demolición de inmuebles para los que fue necesario invertir tiempo, dinero, conocimientos y materiales hoy irreproducibles es más bien un retroceso. Así lo expresaba en 1975 la Carta Europea del Patrimonio Arquitectónico: “Cada generación da una interpretación diferente del pasado y extrae de él ideas nuevas. Cualquier disminución de este capital es tanto más un empobrecimiento por cuanto la pérdida de los valores acumulados no puede ser compensada ni siquiera por creaciones de alta calidad. Además, la necesidad de ahorrar recursos se impone en nuestra sociedad. Lejos de ser un lujo para la colectividad, la utilización de este patrimonio es una fuente de economía”.

Conservar el patrimonio es, aunque parezca contradictorio, un gesto progresista. Proteger un derecho colectivo y un bien común, como son la calidad ambiental, el valor simbólico que representa la memoria de la comunidad reflejada en la arquitectura y el hacer accesible la belleza de los edificios a todo el mundo, frente a la intención individual de destruir casi siempre por simple codicia, expresan los valores de una sociedad respetuosa de su pasado y consciente de su futuro.

Licenciado en Relaciones Internacionales, especializado en gestión cultural.