sábado, 29 de agosto de 2009

Publicado en el Diario Clarín

En Floresta, los vecinos intentan salvar al clásico cine de barrio

Es el Gran Rivadavia, que funcionaba también como teatro. Está cerrado desde hace 5 años. Buscan que el edificio se convierta en un centro cultural

Miguel Middonno


RECUERDOS. La gente hace fila para ingresar al cine, en las vacaciones de invierno de 2004.
Fue la última temporada en que abrió la sala

Hay oficinistas de traje y corbata, jóvenes en bicicleta y hasta parejas maduras que hacen un alto en el paseo de sus perros. Las sombras dominan las puertas del viejo cine Gran Rivadavia, en Floresta, y sin querer, abren el camino para la nostalgia. Pero esta vez, debajo de un gigantesco cartel de venta, también se habla de futuro. Los vecinos quieren salvar de la desaparición al cine del barrio, cerrado desde hace cinco años. Y sueñan convertirlo en un centro cultural como sucedió, por ejemplo, con el 25 de Mayo de Villa Urquiza.
"Es inmenso, como los antiguos cines de la calle Lavalle", describe orgulloso Carlos Cordero, vecino de Floresta "de toda la vida", junto a los amplios vidriados que dan a Rivadavia al 8600. "Cerrado por reformas", miente un cartel que intrusa desde hace tiempo el lugar donde antes se anunciaban los estrenos.

La posible venta del cine alertó a los vecinos. Salvar a Floresta, una agrupación que busca proteger el patrimonio arquitectónico del barrio, tomó la posta del reclamo. "Además de perder un edificio de valor, se van nuestras vivencias como vecinos, desaparece un lugar de permanencia", alertan.

Recuerdos, justamente, sobran. "Los domingos daban tres películas, veníamos a las dos de la tarde y nos quedábamos hasta las ocho", cuenta Mercedes. El Gran Rivadavia, por ser cine teatro, permitió que los vecinos disfrutaran de las figuras del espectáculo sin necesidad de viajar hasta el Centro. Así desfilaron Antonio Gasalla, China Zorrilla, Mercedes Sosa, León Gieco, Spinetta y Jairo, entre otros. "Mucha gente pudo disfrutar de esos artistas porque venían al barrio", explica Cordero.

El empresario teatral Carlos Rottenberg recuerda aquellas épocas. "Mis giras pasaban siempre por el Gran Rivadavia. Entre la platea, pullman y superpullman tenía 1.400 butacas". Y revela que hace dos años estuvo involucrado en la posibilidad de recuperar la sala, aunque no llegó a un acuerdo comercial con los dueños.

Antes de aquel intento, los cambios tecnológicos terminaron de jugarle en contra al viejo cine del barrio. Y las filas en la entrada pasaron a ser postales exclusivas de las vacaciones de invierno. Luego del paso fugaz de varios pastores evangelistas, el cine cerró sus puertas. "Es uno de los pocos que está relativamente intacto", se ilusiona Pagani. A sus espaldas, con su sólida arquitectura, el Gran Rivadavia sueña con torcer la historia.


PARA GRANDES Y CHICOS. Un programa de mano de 1986. La entrada costaba un austral.

EN ACCION. Los vecinos de Floresta quieren evitar la demolición de la sala.
Y sueñan con un centro cultural.

jueves, 27 de agosto de 2009

QUIEN DIJO QUE TODO ESTÁ PERDIDO

Nota Publicada por Mundo Floresta

Gran estreno de un reclamo

Cine Gran Rivadavia. El Ministro de Cultura porteño dijo a un medio barrial que estaba en marcha las tratativas para rescatar el lugar. Hoy se encuentra en venta.

El Miércoles 26 de Agosto se estrenó con gran éxito de público “Salvemos al Gran Rivadavia”, bajo la dirección de Salvar a Floresta , la colaboración de medios barriales, agrupaciones del barrio y barrios vecinos, y la participación de más de 150 vecinos que clamaron para que el magnífico edificio del Cine Gran Rivadavia tenga como destino actividades culturales del barrio.


(Hacer click en la foto para ver en tamaño real)

Fuertes críticas al Gobierno Porteño por la falta de apoyo y falsas promesas en relación a las actividades culturales de los barrios. Se teme por la instalación de un Shopping, Bingo o Bailanta.


(hacer click en la foto para verla en tamaño real)

Veíamos 3 película en continuado por el valor de 1 entrada, el recuerdo de vecinos de la época dorada del Cine.



(hacer click en la foto para verla en tamaño ral)

Cine Gran Rivadavia, su sala de ingreso y escaleras se mantiene impecable dado que se continuó limpiando periodicamente. / La imágen de un estreno, para los más jóvenes, así lucía la puerta ante un estreno. /

Declaraciones de Hernán Lombardi, Ministro de Cultura del Gobierno porteño

Fuente: La Posta Capital - Mayo 2009 – Año 7 – Nro 63 -

Se reabrirá el Cine Gran Rivadavia”

estamos en tratativa con los dueños del Cine Gran Rivadavia para ponerlo a punto y realizar allí los eventos para el vecindario”Isabel Confalonieri, responsable del medio barrial le acota: “ en el Presupuesto Participativo de este año los vecinos incluimos la recuperación del espacio para uso de los vecinos”.Hernán Lombardi responde: ”mejor, si lo piden los vecinos es mejor, pero ya está en marcha el proceso para rescatar el lugar”.


La cinta grabada con las declaraciones del Ministro de Cultura, en la nota realizada el 10/05/09 por Isabel Confalonieri -reporteada anoche por Canal 26- será presentada ante la legislatura por el diputado Sergio Abrevaya. /

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martes, 18 de agosto de 2009

A NO FALTAR, TODOS POR EL CINE



Si no visualiza bien el volante hacer clic en la imagen

viernes, 14 de agosto de 2009

SALVAR AL CINE GRAN RIVADAVIA

Primero vinieron por nuestras casonas, luego fueron los arboles que en pleno verano cortaron sus brazos y de a poco fueron desgranando los adoquines y los cordones de las veredas.

HOY VIENEN POR EL CINE.

Al igual que la casona de Dolores 438 la aparición de un cartel de venta expresando las “bondades y beneficios” del terreno nos hace presagiar los peor, LA DEMOLICIÓN.

Con sus 17.32m de frente y 61,63m de fondo, la proximidad a la cabecera del subterráneo (algún día llegará) y las normas urbanas vigentes hacen que este predio sea apetecible para cualquier inversor.

Hoy, a pesar de sus puertas cerradas podemos apreciar su arquitectura racionalista, su acceso amplio sin columnas enmarcadas por amplias escalinatas, su fachada libre de ornamentaciones salvo algunas líneas verticales que enfatizan su gran ventanal y le dan majestuosidad a su altura, haciendo de esta construcción sea única en el barrio y hasta me animaría a decir en una amplia zona de la ciudad de Buenos Aires.

Pero la posible demolición va más allá de perder una edificio de valor arquitectónico, se van nuestras vivencia como vecinos, desaparece un lugar (de los pocos que nos quedan) de permanencia, de recuerdos.

Siendo aún chico quien no empezó a salir solo con amigos e ir al cine del barrio o la primera novia y un beso con la simple luminosidad de la pantalla, cuantas historias refleja este cine, nada que envidiarle al otro grande ya desaparecido como el “teatro Fénix” de Flores.

Un cine teatro que fue grande de verdad por su escenario han pasado actores, actrices y músicos etc. de renombre internacional, sin encasillarse en algún estilo su cartelera fue de lo más variada.

Hoy desde SALVAR A FLORESTA llamamos a todos los vecinos a tomar conciencia de esta realidad, en estar alerta y trabajar para que no se pierda este lugar, no es imposible, hay ejemplos como el teatro 25 de mayo de Villa Urquiza, y el Cine – Teatro San Pedro en Monte castro donde con voluntad, esfuerzo y unión se puede realizar grandes empresas.

Y tomando como bandera las estrofas que alguna vez León Gieco cantó sobre el escenario del Gran Rivadavia.



“La cultura es la sonrisa que brilla en todos lados

en un libro, en un niño, en un cine o en un teatro
solo tengo que invitarla para que venga a cantar un rato
Ay, ay, ay, que se va la vida
mas la cultura se queda aquí”

Y queremos que aquí se quede.

Ayer


Hoy

Foto mundoFloresta - Gracias

viernes, 7 de agosto de 2009

DISCRIMINADOS

En la reunión de Salvar a Floresta el día 16/07/ se aprobó el siguiente documento.

La discriminación, parece ser se ha vuelto en contra de los argentinos, al menos esto es lo que sentimos como resultante, o al menos así parece tal y como es aplicada en la zona de Floresta y alrededores.
La razón puede buscarse o bien en la unidireccionalidad de la interpretación de la norma misma o tal vez en la toma de decisiones sin la debida reunión de elementos evaluativos suficientes, al momento de hacerla efectiva.
La sola mención de “me discriminan” o “somos discriminados”, usados como lanza, escudo y latiguillo, es determinante, involucrando por un lado a los funcionarios del área y movilizando a los medios.
De cumplimiento automático que pareciera irracional, emotivo y en muchas oportunidades sin razón.
Estos actúan la más de las veces, sin la necesaria información, o sin saber si hay contraparte y por sobre todo en particular, si son afectados, por esta forma, quizás ligera o liviana; o sin considerar, si se vulneran otros derechos.
Volviendo cuestionable, cuando no dudoso, el cumplimiento al que están obligados los funcionarios, automático, emotivo, a veces sin razón.
Por el consabido y conocido principio constitucional de igualdad ante la ley.
Los de convivencia por ejemplo.
Sus efectos adquieren distintas formas e igualmente variados son sus consecuencias.
Este reclamo tiene sus fundamentos en la alteración, de las formas de la vida social barrial, que perdiera en este contexto, la característica de zona residencial como es tan notorio, por visible, palpable y audible.
Que se ha visto conmocionada a partir, de haberse convertido este barrio en un centro, de producción y comercialización de desarrollo, desusado, desmedido, donde se destaca la anomia, en la prosecución de objetivos donde predomina, solo el lucro a cualquier costo y sin límites. Equivalente al sin respeto.
Es precisamente esta anomia, de práctica exacerbada, oculta detrás de la supuesta discriminación, y ayudada con silencios cómplices, incumplimiento de deberes de funcionarios, y por supuesto de los beneficiarios materiales.
Los resultados afectan a los vecinos, ruidos, ratas, residuos, caos de tránsito trae por añadidura otra serie de males consecuentes, violación a las normas constructivas, de comercialización, laborales, de habilitación, impositiva, etc.
Lo más notable que quienes se dicen discriminados, han llegado a marchar pidiendo que se los deje trabajar, entre otras cosas permitiéndole violar la ley,
Ya que en innúmeros casos no se cumplen normas de la debida como ser la documentación, norma elemental de radicación, trabajo esclavo y sin condiciones de higiene y seguridad, que en muchos casos hay niños expuestas a incendios como los ya ocurridos y respirando polvo o pelusa perniciosa pulmonarmente, hacinados y encerrados las más de las veces, la evasión del control sanitario en ese medio es propagador de enfermedades contagiosas.
Las escuelas del barrio tienen detectados aumentos de casos de tuberculosis, negadas oportunamente por el hospital zonal por instrucciones políticas de ministerio y gobierno.
Desde el extremo de los carteles portados por los manifestantes con la consigna “queremos trabajar no nos discriminen” aunque se violen varias leyes -insistimos- tal parece están por encima de ellas, ya que su derecho va más allá.
Hasta una vacante en un escuela en el lugar y horario que deseen, ante la mínima queja de discriminación, que alcanza y tiene más fuerza que un niño que lo solicitara anteriormente, pero sin este argumento, ni tratamiento estatal de igualdad sin este argumento y que podría tener dos o tres generaciones de argentinos; lo mismo ocurre con la documentación o los obligados planes de vacunación, exigible solo a los oriundos; tales extremos están resumidos en la memoria del barrio y sus docentes. O en las presiones sufridos por los directivos. Esto convierte a los nativos en ciudadanos de segunda, si se contrasta con los “discriminados”. Estos no son argumentos xenófobos, si no de reclamo de igualdad ante la Ley, según el fiel de la balanza.
También hay usurpaciones, sobre las cuales se oponen devolverlos, a sus legítimos dueños y hasta confrontan físicamente y de la ilegalidad de la ocupación, se pasa a reclamar soluciones justas que el general -compensación pecuniaria- que pagamos los ciudadanos de CABA. Resultando que a un delito lo retribuimos con beneficios, pues el segundo escalón a este avance sigue el reclamo de vivienda digna de parte de quienes violaron o no respetaron la ley; tomando de la misma los beneficios, pero no acatan según convenga.
El mencionado hacinamiento, cama caliente, el trabajo esclavo es otra consecuencia en este barrio, con todo lo que ello implica, incluidos vectores de salud, a pesar de ambas variables, ya que viene con el trabajo reiteramos se pedía en la gran marcha que interrumpía el transito -otra violación- al igual que los micros de los tours de compra, vehículos de los negocios el doble fila
Y conteiners colocados en donde les sirva, más allá del derecho vecinal, ni que hablar de higiene y basura.
Respecto del personal municipal que también trabaja, es ignorado, insultado, cuando no amenazado o presionado de distintas formas.
Estos son expuestos sintéticamente, parte de los daños directos y colaterales.
Esto que expresamos someramente, forma parte de nuestro fundamento al solicitar se contemplen nuestros derechos, ya que respecto a los cuales nos sentimos discriminados en nuestra propia tierra, a la cual deseamos, que aquellos que de buena voluntad vengan, sean bienvenidos, y nos ayuden a mantenernos acorde a nuestra cultura, solo les pedimos paz, respeto y cumplimiento de nuestras leyes aunque imperfectas seguramente, son las que tenemos y están al servicio del cualquier ser humano.
Lo cual nos debería incluir, pero no ocurre, y por lo tanto elevamos este reclamo, ya que nos sentimos discriminados.
Esperamos que las autoridades, de la ciudad y de la nación, cumplan con su deber garantizando nuestros derechos, hoy sin duda, vulnerados.
Que todos podamos vivir trabajar, dentro el marco de la ley.

Por nuestra parte queremos convivir tranquilos, en nuestro querido barrio tradicional y residencial según las normas vigentes.
Las alteraciones señaladas, nos –insistimos- discriminan, por lo tanto solicitamos la intervención de los organismos competentes del estado a fin vivir normalmente como tenemos derechos.

Gerardo Cruz Espeche